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Experimentar Koryu Bujutsu

EXPERIMENTAR KORYU BUJUTSU

Escrito por Hunter B. Armstrong

Traducido por Andrés RodrÌguez

 

Hunter B. Armstrong ha estado practicando artes marciales clásicas durante más de treinta años, y actualmente practica Shinto Muso Ryu Jojutsu, Shinkage Ryu Heiho, y Owari Kan Ryu Sojutsu. Como Director de la International Hoplology Society, ha continuado los esfuerzos de investigación y recolección de datos comenzados por el fundador de la IHS Donn F. Draeger.

Desde una perspectiva hoplológica [1], el koryu bujutsu de Japón está entre las últimas artes marciales de combate cuerpo a cuerpo para el campo de batalla existentes en el mundo. Como tal, nos abre una ventana única a la historia de la cultura marcial de Japón, y permite vislumbrar un aspecto del comportamiento humano que raramente se ve en el mundo altamente tecnificado y materialista de hoy. Se practican no sólo los movimientos necesarios para sobrevivir en un campo de batalla medieval, sino también la interacción y conducta humanas que habían de elevarse por encima de la mezquindad de las disputas personales hasta un nivel de moralidad y ética que hoy en día es burdamente malentendido.

 

DEFINICIÓN DE KORYU BUJUTSU
Primero, debería definir a qué me refiero con práctica de koryu bujutsu. Koryu se compone de dos caracteres: ko o furu(i), que significa «viejo», «antiguo», y ryu o naga(reru), que significa «fluir». Este último, en combinación con otros caracteres, se usa a menudo para referir estilos, escuelas o tradiciones de comportamiento, movimiento o pensamiento. En Japón, los nombres de estilos o escuelas de arreglo floral, danza, ceremonia del té, caligrafía y artes de combate, entre otras, incluyen el sufijo «-ryu». Así, koryu se refiere específicamente a «antiguos estilos, escuelas o tradiciones». Yo prefiero «antiguas tradiciones».
Aquí nos centraremos específicamente en las antiguas tradiciones marciales japonesas. «Artes marciales» se expresa con la segunda palabra, bujutsu (como opuesto de budo – vías marciales). Debe hacerse notar, no obstante, que koryu bujutsu no incluye las artes de combate okinawenses. Esto no es porque las artes de Okinawa no sean dignas, sino porque poseen su propio trasfondo cultural y legado distintivo, y merecen mejor suerte que ser agrupadas como las primas pobres de las artes marciales japonesas [2].
La siguiente cuestión ahora es cómo definir «antiguo» en koryu. No es algo que se haga fácilmente; de hecho es arbitrario y con frecuencia se basa en la opinión. Sin embargo, en mi opinión, antiguo se refiere principalmente a la época de origen. Así, las koryu son tradiciones que se originaron en algún momento anterior o durante principios del periodo Tokugawa (1603-1868). No obstante, el caso es que nosotros los occidentales a menudo tratamos de discriminar con demasiada finura. La vida, y ciertamente la evolución cultural, raramente se divide y distingue nítida y limpiamente. Tenemos que mirar otros aspectos más allá del esquema temporal al definir koryu bujutsu.
El siguiente factor principal es la integridad estructural, en otras palabras, qué tal se ha mantenido la tradición o cuánto de ella se ha reconstruído. La conservación de la estructura original de la tradición (la ryu) y su bujutsu -las técnicas y sus aplicaciones- se basaba y basa en cómo los miembros de la ryu han mantenido y continúan manteniendo sus objetivos funcionales y práctica originales. A este respecto, Donn Draeger elucidó una interesante y válida distinción entre las prioridades funcionales del bujutsu clásico y el budo. Para las más modernas artes del budo, la escala de prioridades es (1) la moral, (2) la disciplina y (3) la forma estética. Para el más antiguo bujutsu, por contra, el énfasis se pone en (1) el combate, (2) la disciplina y (3) la moral.
El koryu bujutsu puede definirse entonces como «tradiciones de artes de combate originarias de no más tarde de comienzos del periodo Tokugawa, y cuyos propósitos funcionales eran el desarrollo de efectividad en combate, disciplina y moralidad, por este orden». Por supuesto, hay excepciones y variantes, pero esta definición puede servir como un esbozo en el cual basar esta discusión.

ARMAS Y HEIHO
En el campo de batalla el bushi (guerrero) probablemente encontraría un número de armas diferentes, incluidas varios tipos de yari (lanza), naginata (guja o archa japonesa), nagamaki (otro tipo de archa japonesa), yumi (arco), por no mencionar la espada japonesa en sus diversas configuraciones. Si el guerrero había de sobrevivir contra esas armas, y lo que es más importante, dominar, era imperativo que estuviera versado en su uso. Debido a las demandas de la realidad del campo de batalla, la mayoría si no todas las primeras koryu eran sogo bujutsu (artes o sistemas marciales compuestos o integrales).
Diseñadas para el campo de batalla, las artes clásicas incorporaban entrenamiento en variedad de sistemas de armas, incluida la lucha [n.d.t.- cuerpo a cuerpo] con armas y en armadura [3]. Al contrario que los estilos modernos, tales como el kendo, judo, aikido, atarashii naginata, etc., que han derivado del kobujutsu («antiguo» bujutsu), las tradiciones clásicas no se especializaban en un arma o tipo de combate. El uso de varias armas y sistemas marciales estaba interrelacionado e integrado a través de un conjunto nuclear de principios, o heiho [4]. Este heiho era, y aún es, legado desde el fundador a través de cada maestro. En su heiho, las tradiciones clásicas ponían el énfasis técnico en el uso de armamento, con la espada en el centro. El uso de estas armas era y es claramente diferente en intención y función a las artes de armas del budo moderno. Y por extensión, las artes corporales de los sistemas clásicos -kogusoku, yawara, jujutsu, kumiuchi, etc.- también tienen diferentes fines y funciones que sus más modernos descendientes.

KATA
Los método de entrenamiento del bujutsu fueron diseñados para desarrollar el potencial del bushi individual para no sólo sobrevivir, sino dominar el campo de batalla. En Japón, se desarrolló un medio socio-cultural en el cual el guerrero-combatiente estuvo en la cúspide de la sociedad o cerca de ella durante varios cientos de años. Mientras que ha habido aristocratas guerreros en otras culturas, pocos han durado en la cima de sus sociedades durante tanto tiempo como los bushi mantuvieron su estatus en Japón. Esta posición permitió la evolución y refinamiento de una cultura marcial de una profundidad y alcance que probablemente no tiene parangón en ningún otro país.
En este contexto basado en el guerrero, se idearon y pusieron en práctica principios que sólo ahora están siendo reconocidos por su sofisticación en la comprensión del comportamiento humano en combate y su elegancia en realzar ese comportamiento [5]. No tan sorprendentemente, los elementos primarios de entrenamiento son similares en el bujutsu de todas las koryu. El fundamento para todas es la práctica con compañeros de pautas de comportamiento o movimiento preestablecidas, o kata de dos personas. Porque es dentro del contexto de los kata que el maestro puede enseñar todos los aspectos del combate, desde el movimiento básico a las complejidades del movimiento y conducta.
Los kata tal como son ejecutados hoy en el budo moderno se han adaptado a nuevos contextos. Muchos de los budo modernos han instituído divisiones en su entrenamiento. Típicamente, kendo, judo, karatedo, atarashii naginata y jukendo (vía de la bayoneta), por ejemplo, dividen su entrenamiento entre práctica de movimientos preestablecidos y libres intercambios. En el judo, las divisiones son kata y randori; en el kendo, atarashii naginata y jukendo, hay kata y jigeiko; y en el karatedo, hay kata y kumite. Hablando en general, el libre intercambio tiende a ser considerado un mejor entrenamiento combativo, mientras que los kata se tienen por un medio más estético y espiritual. En muchos de los budo modernos, los kata parecen tener poca o ninguna aplicación combativa.
Por contra, los kata del koryu bujutsu eran el núcleo de toda práctica. El único entrenamiento de «libre intercambio» era o el combate real o una prueba de lo que uno había aprendido con los kata. De nuevo, se debe entender que los kata eran más que meramente practicar movimientos básicos. He adjuntado lo siguiente en varios números diferentes de Hoplos, la revista de la International Hoplology Society:
«Los kata eran profundos sistemas de movimientos y conductas integrados. El propósito de los kata (o cualquier pauta de movimiento preestablecido) diseñados para aplicación en combate no era desarrollar la habilidad del individuo para responder a cualquier ataque escogiendo entre una amplia variedad de técnicas, sino entrenar al individuo para utilizar efectivamente unas pocas y probadas técnicas selectas en respuesta a una amplia diversidad de ataques o situaciones de combate. Para este fin, un particular sistema o estilo podía contener un gran número de patrones de movimiento preestablecido, compuestos de aquellas técnicas que habían sido probadas eficaces en combate real.
Los kata originales (y sus aplicaciones) fueron desarrollados desde la experiencia de combate, y evolucionaron durante unos trescientos años de actividad combativa. Los kata no eran analizados y después practicados; por el contrario, era el combate personal lo que era analizado, y se extraían elementos que podían ser simulados y practicados… como kata. Una vez que la experiencia de combate ya no fue más la base principal para el desarrollo o evolución de la técnica, y las técnicas se volvieron innovaciones de individuos basadas en su análisis de los kata más que de su experiencia personal de combate, entonces comenzamos a ver modificaciones en las pautas, y un cambio del énfasis de simular un combate a otras metas, llevando a un cambio incluso de las técnicas básicas.» (Armstrong 1988, 20)
«En los sistemas de lucha y/o armas diseñados para el combate a muerte -como era el koryu bujutsu- los peligros inherentes a la práctica con armas letales dirigidas a objetivos potencialmente fatales imposibilita su uso en acciones del tipo de sparring libre. En algunos casos este peligro se ha evitado a través del desarrollo de armaduras protectoras. Sin embargo, la armadura protectora es en sí misma un factor limitador e impone cambios en los patrones de movimiento (ángulos y objetivos), y lo que es más importante, en las componentes psicológicas del combate -la sensación de seguridad mientras se practica no puede preparar al individuo para la tensión psicológica del peligro y/o amenaza inherente al combate a muerte. La preparación para soportar tal tensión sólo se puede abordar correctamente en la práctica a través del uso de armas reales (o armas romas o simuladas potencialmente peligrosas), utilizando patrones preestablecidos de movimiento en las que el potencial peligro surge de cualquier error cometido en el timing o el movimiento; estos errores pueden entonces usarse por cualquiera de los oponentes para romper la forma preestablecida momentáneamente, y atacar la abertura (suki) que se ha creado. Tal sistema de entrenamiento fuerza al practicante a intentar perfeccionar tanto su habilidad en realizar los movimientos formalizados (ritmo, distancia, objetivos, etc.) como, igual de importante, a desarrollar su habilidad de tomar ventaja espontánea de los errores de su oponente o cubrir los suyos propios; la carencia de tal habilidad supone dolor como mínimo, y graves lesiones o la muerte al extremo. Por ello, el sistema para preparar al participante (combatiente) para el combate a muerte proporciona un contexto en el que la concentración en los aspectos psicológicos (conducta y actitudes) es abordada al menos tan fuertemente como las pautas de movimiento. Así, el contenido psicofísico de los patrones de movimiento y conducta vistos en la mayoría de los sistemas de combate a muerte es quizá su principal característica distintiva.» (Armstrong 1991, 28)
El entrenamiento del koryu bujutsu es kata. Hoy, es un método único de práctica que es similar sólo superficialmente a los kata del budo moderno. La meta de la práctica clásica era y es no simplemente el aprendizaje de técnicas de movimiento, sino el desarrollo de conductas de combate que le preparan a uno para implementar técnicas de movimiento simple-pero-aprendido ante la abrumadoramente traumática presión del combate. Ninguna cantidad de práctica en solitario o de movimientos simples hará eso. No obstante, incluso la práctica sin armas con un oponente con intención combativa se ha mostrado efectiva para el combate con armas. Es el aspecto conductual lo que es más importante, no los simples patrones de movimiento. Pero, los aspectos conductuales sólo pueden entrenarse a través de patrones de movimiento aprendidos y practicados con oponentes. Por esto es por lo que todos los sistemas de entrenamiento combativamente funcionales de todas las culturas ponen el énfasis en entrenar con un oponente de la manera más realista posible, y esto se da en las formas preestablecidas frente a los libres intercambios que han sido amortiguados por seguridad.

KORYU – UN ENTE VIVO
Quizá una de las distinciones más importantes entre el budo moderno y el koryu bujutsu es la estructura organizativa de la entidad que abarca las artes. Una verdadera koryu es una entidad viva, que subsume al individuo. Para el individuo, es una relación con un legado vivo y con la gente dentro de ese patrimonio, viva, muerta, y aún por nacer. Esta relación es difícil de comprender para aquellos que no son miembros de una koryu, y especialmente para quienes no han pasado tiempo en Japón. Las conexiones dentro del nexo social de las ryu y entre éstas y sus santuarios ancestrales en Japón son de gran importancia para las ryu.
En la tradición clásica que mantiene sus prácticas tradicionales (en oposición a una reconstruída), hay generalmente un dojo bajo la guía del sensei. No hay «dojos filiales» con instructores subalternos [6]. La jerarquía es simple: un sensei y sus estudiantes. Mientras los de menos experiencia muestran respeto a sus superiores, éstos muestran un tipo de respeto igual, si bien diferente, a sus inferiores. No hay una línea nítida de demarcación entre un nivel y otro. No es una jerarquía de estatus social, sino meramente un reconocimiento de experiencia y conocimientos. No tiene relación con la acusada distinción entre sempai (veterano) y kohai (principiante) que a menudo se encuentra en los modernos dojo de budo. No hay un sistema de rangos per se para distinguir a los miembros en situaciones sociales como hay en muchos de los budo modernos, especialmente aquellos asociados con el sistema educativo de Japón. No hay mudansha (en el budo moderno, literalmente, «sin grado», o por debajo del nivel de cinturón negro) de quienes se espera que sigan las instrucciones y mandatos de los yudansha (aquellos que poseen rango de cinturón negro). Sólo hay los estudiantes del sensei.
BUDO PARA LAS MASAS; BUJUTSU PARA LOS INDIVIDUOS
Aquí puede ser necesaria alguna explicación concerniente a la relación veterano-principiante y etiqueta relacionada vista a menudo en los dojo de budo moderno, especialmente los conectados con el sistema de educación japonés. En el periodo de treinta años que llevó a la 2ª Guerra Mundial, el sistema de educación de Japón fue influído cada vez más por el ejército japonés [7]. Para el tiempo de la guerra, el entrenamiento de artes marciales en las escuelas se había vuelto parte integrante del programa para inculcar fervor militarista y nacionalista en el populacho. Mucho del budo institucionalizado tomó un aire militar, incluyendo distinciones de rango y posición de tipo militar. Esto se acompañaba de mucha de la etiqueta y poses usadas por los militares -de pie en líneas en atención, las manos situadas rígidamente en la línea de la costura de los pantalones; los veteranos ladrando ordenes a los principiantes; los principiantes ladrando «Ossu» en respuesta a los veteranos; grandes grupos de estudiantes practicando formas estandarizadas en sincronía. No sólo mucho de esto tenía poco que ver con la práctica japonesa tradicional, tenía incluso menos que ver con entrenar al individuo para el combate. Su objetivo era desarrollar una fuerte y cohesiva mentalidad de grupo, infundida con fervor nacionalista militante. Este comportamiento era estrictamente el resultado de la influencia de los militares en la práctica del budo en las escuelas, y no provenía de la influencia de la conducta tradicional de los bushi. De manera interesante, este comportamiento continúa hoy en el sistema de educación del moderno y «pacifista» Japón.
Hoy, las modernas organizaciones de budo hacen poco o ningún esfuerzo para mantener la estructura e integridad de las koryu. Karate, aikido, judo y kendo, están todos organizados siguiendo esencialmente un solo patrón. Se han estandarizados kata y técnicas (con actualizaciones periódicas), y establecido grados dan que generalmente van en paralelo con un nivel de kata. Estos grados típicamente se conceden de acuerdo con la situación de un individuo en la organización, y se basan en la veteranía, pruebas, y a veces, la competición. A un cierto, relativamente alto, nivel de dan, la prueba de grado es dirigida por un tribunal de miembros superiores de la organización. Todo esto es al menos parcialmente resultado de la previamente descrita influencia en el budo de antes de la guerra ejercida por el gobierno, el ejército y los sistemas educativos.
Mientras que el objetivo ahora en las modernas organizaciones de budo no es ensalzar el sentimiento nacionalista, tienen como meta la identidad y cohesión de grupo, más que la eficiencia funcional individual. Tal estandarización técnica enfatiza la igualdad de grupo, pero puede no estar tan preocupada de mejorar la capacidad individual. Por otro lado, estos movimientos estandarizados permiten el entrenamiento de gran número de gente al mismo tiempo, una necesidad para las grandes organizaciones de budo moderno, que a menudo buscan activamente nuevos miembros y trabajan para extenderse en nuevas áreas.
Por contra, las koryu que mantienen sus antiguos modos utilizan una estructura de entrenamiento que está dirigida a obtener todo el potencial del individuo. Intensivo tanto en tiempo como en energía, este tipo de entrenamiento no es propicio para la instrucción de grandes grupos. En esencia, la koryu clásica debe mantener un estándar de calidad que impide la cantidad. Además, el mantenimiento de la integridad de la koryu demanda una dedicación por parte de sus miembros que se encuentra sólo en unas pocas personas que desean emplear el considerable tiempo, problemas y gastos que conlleva la afiliación. Así, mientras las modernas organizaciones de budo miran a los números y la expansión para alcanzar sus metas, las koryu miran la calidad y consolidación. Desgraciadamente, la estructura de las koryu no se adapta tan bien al mundo de hoy como la de las organizaciones de budo moderno. Es probable que las koryu tengan que adquirir alguna de las características de las organizaciones modernas a fin de sobrevivir, y esto ya ha empezado a suceder.
Al contrario que el estandarizado énfasis del grupo del budo moderno, la relación de instrucción de las koryu tiende a ser una muy personal entre maestro y estudiante. La estandarización que existe se dirige a proporcionar un modelo al principiante que seguir facilmente; una de la que se espera que se deshaga eventualmente. El maestro enseña directamente para las habilidades, rasgos y potenciales individuales del estudiante. Un miembro de la ryu es un estudiante personal del maestro jefe de la ryu, no de algún instructor asistente en un dojo filial. No hay más estandarización en la práctica de una verdadera koryu que la estandarización que hay en los individuos. A causa de esta relación uno-a-uno, el sensei es un mentor en la maduración del deshi (discípulo o o estudiante). Él es el conducto a través del cual las técnicas, valores y tradiciones son pasadas a cada generación. Éste es el modo en el que el maestro enseña; era el modo en el que él fue enseñado. Es parte de la «revelación» que ha sido pasada de un heredero al siguiente. Obviamente, no todo el mundo que entrena en las koryu puede convertirse en maestro, y pocos reciben menkyo (licencia o certificación) de transmisión completa. Aquellos que la obtienen, es porque han demostrado una habilidad para comprender no sólo la esencia de la tradición, sino una habilidad para enseñar la esencia de un modo que se ajusta a las capacidades de cada estudiante individual.
Este proceso de revelación de maestro a estudiante es la base del koryu bujutsu. Para alcanzar un nivel de comprensión y destreza física útil, era absolutamente necesario para la práctica por pareja que fuera conducida por el maestro de un modo que fuera estresante y llena no sólo de la simulación de peligro, sino del peligro real de graves lesiones y el potencial de la muerte. La moderna ciencia y psicología del deporte nos dice que podemos usar la sala de entrenamiento para aprender nuevas habilidades y refinarlas, y hasta cierto punto, la sala de entrenamiento puede prepararnos para la tensión psicológica de la competición. Pero la sala de entrenamiento poco puede hacer para prepararnos para afrontar a un enemigo que busca hacernos daño o matarnos. Mientras que el aprendizaje y la práctica de técnicas (habilidades) en el dojo puede prepararnos para la acción física, el único modo de prepararse para el uso de técnicas combativas en el estrés del combate es afrontar ese estrés mientras se entrena. Esto se comprendía bien en el dojo clásico, pero a menudo parece haberse olvidado en el budo moderno.
En los dojo de koryu bujutsu, la única persona con competencia para aplicar tal peligro en una situación de aprendizaje y sintonizarlo con la capacidad del estudiante, y así pasar la revelación, era/es el sensei. Sin forjarla en el yunque de la práctica por parejas, permeada con peligro/amenaza, la verdadera espiritualidad está perdida; la revelación no es renovada. El practicante debe ser puesto en el crisol de la realidad -las consecuencias de, tanto entrenar para, como entablar combate real- a fin de estar preparado psicológicamente para los rigores del combate real. Esto es todo a lo que se refiere la revelación espiritual marcial.
Aunque el shugyo (práctica austera) tiene lugar en un «lugar espiritual» -un dojo (lugar del camino)- el entrenamiento no incluye un discurso filosófico o espiritual sobre el significado de la revelación. Consiste en afrontar el peligro y el propio miedo de uno mientras se ejecutan técnicas de combate efectivas. Los practicantes de cualquier ryu particular que alcanzan una plena comprensión espiritual son muy pocos. Incluso en los tiempos modernos, es para este antiguo significado de espíritu para lo que las koryu están preparando al estudiante… si tiene el potencial.
KORYU BUJUTSU «ESPIRITUAL»
Hoy en día hay muchos instructores de koryu japoneses que aún creen que las cualidades morales y espirituales ideales -honor, integridad, responsabilidad y obligación, por nombrar algunas- tal como son enseñadas intuitivamente en las koryu son tan válidas hoy como lo fueron en el apogeo de los bushi. Ciertamente los ideales no eran alcanzados por todos, pero estaban y están presentes como metas hacia las que esforzarse.
Si uno considera que las koryu evolucionaron para entrenar guerreros para sobrevivir no sólo a los rigores del campo de batalla, sino a la naturaleza a vida o muerte del estilo de vida de los bushi también, entonces es posible comprender la importancia de la relación individual en las koryu, y el énfasis en enseñar para las capacidades de cada estudiante -mentales, físicas y espirituales. No obstante, ésta no es la espiritualidad de la que oímos hablar a menudo en dojo modernos. Mucha gente orientada a la espiritualidad en el budo moderno está más que dispuesta a exponer los «beneficios espirituales» del entrenamiento. Se citan libros de Zen, y se discuten esoterismos tales como «la aceptación de la muerte». Sin embargo, mucho menos políticamente correcto es la demanda de las koryu de no sólo que uno acepte la propia muerte de uno, sino de que también deba desarrollar el deseo de matar a otro. Es fácil morir; no es tan fácil tomar la vida de otro conscientemente, de buena gana. Era para esto para lo que las koryu preparaban al guerrero clásico -afrontar la muerte… la propia y la de otro. Sólo teniendo la capacidad de matar puede uno mostrar verdaderamente la compasión de no matar. Como dijo un bromista recientemente, puedes mostrar piedad sólo si tú eres el ganador. Sólo puedes comprender la vida verdaderamente si aceptas la muerte como parte de ella. Ésta es la parte «espiritual» del koryu bujutsu.
Aunque, en un dojo de koryu en Japón, apenas oirás nunca a nadie mencionar nada que tenga que ver con asuntos espirituales. Es con diferencia más probable que oigas historias de los bushi de antiguo. La espiritualidad de las tradiciones está ligada a los santuarios y lugares donde se dice que los fundadores han recibido sus revelaciones marciales. Estas revelaciones han «fluido» (nagareru/ryu) a través de la cadena de maestros. Son transmitidas en las enseñanzas y las técnicas -según son distribuídas por el sensei- e internalizadas y renovadas bajo su tutelaje directo durante un periodo de años -y tras arduo entrenamiento con compañeros de la tradición. El aspecto «espiritual» de las koryu tiene poco que ver con el del budo moderno.
Algunos hablan de la moralidad inculcada a través del entrenamiento, por ejemplo, en iaido. De algún modo, trabajando sólo con «la espada y la mente» (por acuñar una frase), uno se supone que se alzara por encima del mundo común, inmoral. La cuestión es, ya que la moralidad se refiere a gente interactuando, ¿cómo puede aprenderse en un contexto de entrenamiento en solitario? Si alguna mejora moral ha de ocurrir, entonces debe ser en un contexto social, entre individuos que interactúan. El battojutsu, antecedente clásico del iaido, es parte de una más grande matriz de koryu kenjutsu. Aquí, hay un contexto para el toma y daca entre oponentes; hay la base para «hacer una mejor persona». Y, mientras la última barrera es probablemente la propia mente de uno, esto es así en el contexto de miedo y tensión en el combate con otro. El único modo de entrenar la mente para lidiar con tal estrés es practicar en un contexto que simule la realidad que produce ese estrés. En su forma pura, el koryu bujutsu no es divertido, no es «espiritual» o «moral» del modo en que el termino es usado en el budo moderno. Como David Hall, Doctor en Filosofía, dijo expresivamente, «La moralidad del guerrero clásico se ajusta mejor a la de los SAS o SEALS [n.d.t.- cuerpos de élite del ejército del aire británico y la marina estadounidense respectivamente] que al Aikido de Tohei».

BATTO Y IAIDO
Mirando a aquellas tradiciones clásicas que han mantenido su integridad estructural hasta cierto grado, podemos ver claramente las diferencias entre los sistemas combativos clásicos y modernos. Las artes de las koryu del iaijutsu o battojutsu (desenvainado de la espada), kenjutsu (esgrima), naginatajutsu (arte del archa o guja), sojutsu (arte de la lanza), kogusoku (lucha con armadura), etc. difieren de sus derivaciones modernas (iaido, kendo, atarashii naginata, judo, aikido, etc.) tanto en forma como en contenido. Los sistemas de las koryu tienen incluso menos conexión con los más recientes desarrollos en el budo, tales como el jukendo, tankendo (vía de la espada corta) y karatedo.
Para ilustrar mejor algunas de esas diferencias, podemos comparar el iaido con la aparentemente similar arte de las koryu del batto (iaijutsu) [8]. En tanto que el iaido y el koryu batto tienen similitudes muy obvias, hay igualmente vastas diferencias. El iaido [9], por definición, es la práctica en solitario de desenvainar la espada japonesa. Esto generalmente se hace independientemente de otras artes de la espada, aunque a menudo está vinculado organizativamente al kendo moderno. El batto clásico, por otro lado, no es una habilidad independiente. Generalmente, el batto que se practica como parte de una ryu clásica está estrechamente integrado con la práctica del kenjutsu de la tradición. A menudo, el batto [10] es simplemente la práctica en solitario con espada real de las técnicas de kenjutsu de la ryu (o porciones y variantes de éstas). La diferencia primordial entre el batto y el kenjutsu, así pues, es que las técnicas de espada en el batto se preceden de la extracción de la espada real (shinken) de la saya (funda) en lugar de comenzar con un ya desenvainado bokuto (espada de madera) [11]. Entonces, más que practicar los movimientos sucesivos contra un oponente como en el kenjutsu, los movimientos se practican en solitario. En esencia, el batto es, en este sentido, simplemente practicar kenjutsu solo con una espada real.
Muchas de las más modernas técnicas del iaido enfatizan la rapidez en desenvainar y la rapidez en devolver la hoja a la saya, así como la estética del movimiento [12]. En el batto clásico, estos aspectos generalmente son de menor importancia. Para los bushi clásicos (especialmente durante los periodos más combativos), el único entrenamiento de valor funcional era el entrenamiento que simulara la realidad más fielmente (resultando ocasionalmente, por cierto, en graves lesiones en la práctica). Sólo entrenando de este modo podían estar los bushi preparados de manera realista para el combate. La práctica de desenvainar la espada en solitario era menos probable que preparase a los bushi para el combate que lo que la práctica de placajes en solitario ayudaría a prepararse para un partido a un jugador de la NFL. En el campo de batalla, el guerrero tendría su arma preparada para el combate mucho antes de que un oponente estuviera suficientemente cerca para golpear. La rapidez del desenvaine no era un factor principal en estas situaciones, y ciertamente devolver la espada rápidamente a la saya poco tiene que ver con el combate.
En la práctica para la efectividad de combate, los factores que pueden ser fomentados de modo más útil a través del entrenamiento o práctica [13] sistemática son la distancia, la sincronización, los objetivos y sus componentes relacionadas. La distancia se refiere no sólo a evaluar y moderar la distancia entre uno mismo y el enemigo [14], sino también a juzgar y lidiar con el alcance del arma del oponente y su relación con el alcance de la propia arma de uno. En una primera consideración, blandir una espada podría parecer usar un factor de distancia estándar. Sin embargo, blandir una espada contra otra espada requiere una distancia diferente que blandirla contra una naginata o una yari, y viceversa. La práctica de la espada en solitario no provee de medios para aprender a ajustarse a las demandas del arma del enemigo.
La sincronización es un compuesto de juicio temporal y acciones corporales que está conectado estrechamente con la distancia. Es una actividad dinámica que requiere el uso del cuerpo y la mente integrados en la acción y reacción al estímulo de un cuerpo y mente opuestos. La práctica en solitario es de beneficio en el desarrollo de coordinación física elemental, pero es de poco valor en preparar para enfrentarse a un enemigo que se mueve a través del tiempo y el espacio, y que posee intención letal.
La búsqueda de objetivos, a un nivel, puede pensarse como simplemente apuntar y golpear con precisión una parte del cuerpo seleccionada. Sin embargo, es sólo simple cuando se golpea un objetivo que no se mueve. Contra un oponente que está no sólo moviéndose, sino que está contraatacando, acertar a un objetivo se vuelve una tarea mucho más compleja, entrelazada con la distancia y la sincronización. Todos estos tres factores se complican más por la presión de un enemigo intentando abatirte.
Visto desde la perspectiva combativa, puede verse claramente que estos tres factores integrados sólo pueden buscarse a través del entrenamiento con compañero. Como la práctica en solitario -con arma o a mano vacía- no provee medios de entrenar los factores de habilidad más importantes para el combate, era y es un medio totalmente secundario de práctica con fines combativos.
El batto (y otras prácticas con arma en solitario) se usaba principalmente para la práctica propia cuando uno no tenía un compañero. En los dojo más clásicos, se dedicaba muy poco tiempo a la práctica en solitario. En algunos dojo modernos, el énfasis puede haber cambiado, pero en las tradiciones más clásicas en Japón, tal práctica es todavía una parte relativamente menor del régimen general de entrenamiento de la ryu. Por ejemplo, en la Shinkage Ryu (fundada por Kamiizumi Ise-no-Kami) y la Yagyu Shinkage Ryu (fundada por el discípulo de Kamiizumi, Yagyu Munetoshi), o no hay batto, o se hace como una parte menor en el entrenamiento general de kenjutsu (en el Yagyukai de Yagyu Nobuharu Sensei, no hay batto de la Yagyu Ryu per se; no obstante, el abuelo de Nobuharu desarrolló el Yagyu Seigo Ryu Batto explícitamente con propósitos modernos). En la Shinkage Ryu, el batto es esencialmente una preparación para el kenjutsu en pareja, desenvainando y con shinken (aún más cercano a la realidad de combate).
La distinción clave, de nuevo, es la preparación realista para el combate. El Iaido, tanto si deriva de una koryu como si no [15], no tiene tal aspiración. Su meta es el desarrollo de un movimiento estético de la espada y un entrenamiento espiritual y moral, y el énfasis varía de acuerdo a la interpretación del individuo que ejecuta el arte. Éstas son metas excelentes, quizá incluso mejores que buscar la efectividad combativa. ¿Por qué confundir los dos muy distintos fines? Sin embargo, hay practicantes de iaido que contienden sistemáticamente con que su arte es combativamente efectivo y citan racionamientos apócrifos como prueba. Uno que se oye comúnmente es que el iaido se desarrolló en el campo de batalla para cuando la lanza o cualquier otra arma del guerrero se rompía o quedaba inservible por alguna razón, y éste tuviera que desenvainar rápidamente su espada para defenderse y seguir luchando. Lo primero de todo, extremadamente pocas de las koryu practican tipo alguno de desenvainado de la espada llevando armadura, mucho menos técnicas de extracción rápida. Por otro lado, diversas koryu existentes practican varios sistemas de armas en armadura, incluyendo kenjutsu, sojutsu, kogusoku, etc. [16]
Si ser capaz de realizar un desenvainado rápido mientras se lleva katchu (armadura) fuera tan importante, uno pensaría que la habilidad se habría conservado y sería más evidente. En segundo lugar, y más importante, desenvainar una espada con armadura es un asunto bien distinto a hacerlo mientras se llevan ropas de diario.
El bushi en armadura sólo desenvainaría su tachi [17] si tuviera el tiempo y la distancia para efectivamente hacerlo así; si fuera necesaria una extracción rápida, probablemente ya sería demasiado tarde para la espada larga, y recurriría a armas más cortas y la lucha. Cuando un enemigo estaba tan cerca o acercándose tan rápido que un arma del guerrero se volvía inútil, el bushi estaba entrenado para recurrir a la lucha en armadura (kumiuchi o kogusoku) con un arma de hoja corta tal como un wakizashi, un yoroidoshi o un hachiwari [18]. Esto era más efectivo que tratar de desenvainar su tachi o katana. La Takenouchi Ryu y la Yagyu Shingan Ryu son dos célebres tradiciones que ponen una gran cantidad de énfasis en el entrenamiento en pareja en estos tipos de combate cuerpo a cuerpo con armas más cortas. La Shinkage Ryu también practica kogusoku con kodachi (espada corta). En cualquier caso, incluso si el desenvainado rápido en armadura fuera factible en el campo de batalla, la rapidez de la extracción no es ni de lejos tan importante como la atención, la distancia, la sincronización y los objetivos, ninguno de los cuales son aspectos de la práctica de desenvainar la espada en solitario.
Otro razonamiento para el desenvainado rápido del iaido es su desarrollo como «autodefensa samurai». Supuestamente, cuando el guerrero era atacado mientras andaba por ahí ocupándose de sus asuntos, el entrenamiento del iaido le preparaba para desenvainar rápidamente su espada y defenderse. Esto realmente no es muy diferente del razonamiento del desenvainado rápido en el campo de batalla. De modo realista, en el mundo antiguo o en el moderno, si un ataque ocurre tan rápidamente como para requerir un veloz desenvainado por parte de un defensor evidentemente no alerta, el defensor pierde. El principio más importante en el heiho para no ser derrotado por sorpresa es evitar ser sorprendido. Las opciones de sobrevivir a un ataque súbito son muy pequeñas. El mejor modo de evitar ser «pillado a traición» es no estar en una posición que permita que uno sea pillado a traición. Lo que es necesario en situaciones combativas realistas -particularmente en potenciales ataques por sorpresa- es el estado de preparación mental y física [19]. El bushi medio confiaba en habilidades adquiridas practicando con oponentes, no entrenando por sí sólo.
En realidad, el iaido, como disciplina de práctica implementada en solitario, tiene más en común con el kyudo que con el kenjutsu; tanto el iaido como el kyudo no poseen el dinamismo aportado por encarar a un oponente que posea intención.

APRENDER KORYU BUJUTSU
El koryu bujutsu es quizá demasiado amplio y demasiado profundo para definirlo completa y precisamente. Aunque puedo intentar comparar un aspecto de él -el batto- con su pariente moderno, el iaido, es una comparación injusta. Como se ha mencionado previamente, el batto tradicional no está separado de los otros bujutsu en la koryu a la que pertenece. Es meramente una parte del heiho de esa tradición.
Practicar koryu bujutsu es extremadamente peligroso, exigente (física y mentalmente) y frustrante. Y no acaba después de salir del dojo. Las conductas y actitudes que uno desarrolla en el dojo de koryu no se dejan en la puerta. Se mantienen en la vida y relaciones diarias de uno. Uno no se va a casa después de entrenar… hay innumerables obligaciones sociales tanto con el grupo como con la sociedad en general. Uno es aculturado a través del koryu bujutsu.
Cualquiera -japonés o extranjero- que piense que se puede «aprender» una koryu de cualquier modo distinto que yendo a Japón a practicar y sumergirse en el koryu bujutsu y su cultura se está engañando a sí mismo. Sin practicar koryu bujutsu uno no puede saber lo que es, mucho menos cuán diferente es del budo moderno.
Al mismo tiempo, debería decirse que la gran mayoría de la gente no necesita las koryu. El budo moderno es perfecto para la mayoría de la gente, proporcionando tanto el entrenamiento como los factores sociales que son realmente más apropiados para ellos. Si alguien verdaderamente quiere koryu, es mejor dejarle perseguirlo y trabajar por ello; no llegará fácilmente.

Notas
1.- La Hoplología es el estudio de la conducta y comportamiento combativos humanos.
2.- Debería destacarse también que, hablando estrictamente, las artes de combate de Okinawa no eran parte de tradiciones o ryu, en el sentido japonés. Por ello, el término «koryu bujutsu» carece de sentido aplicado a Okinawa.
3.- La propia práctica sin armas estaba muy abajo en la lista de necesidades para la batalla. De hecho, lo que ahora llamamos práctica «de mano vacía» era realmente alguna variante de la lucha con armas.
4.- «Heiho» se define a menudo como «tácticas militares». Quizá una interpretación más apropiada sería «principios marciales».
5.- Por ejemplo, Yagyu Nobuharu, maestro jefe de la línea de Owari de la Yagyu Shinkage Ryu, y sus estudiantes ofrecieron una demostración de kata como entrenamiento para la toma de decisiones complejas en «Avances en el Conocimiento Para el Siglo XXI – Gente, Tecnología y Sociedad: Simposio de 1996 Japón-Alemania sobre ‘Lugar y Sintopía'», celebrado el 3 de Diciembre de 1996 en el Centro Cultural Alemán en Tokyo.
6.- Por supuesto, hay casos donde un miembro de la ryu tiene menkyo (licencia) y enseña en su propio dojo. No obstante, en tales situaciones, los estudiantes del poseedor de menkyo no son ipso facto estudiantes del maestro jefe; aunque puedan ser miembros de la ryu, en la mayoría de los casos son estudiantes estrictamente de su maestro.
7.- Para adquirir algo de trasfondo interesante sobre esta influencia ver The Development of the Combatives Arts and Ways within Japan’s Modern Education System (Hargrave 1996)
8.- Aunque algunas ryu pueden tener un uso más específico de estos dos términos, a menudo se consideran sinónimos. Por simplicidad, usaré el término «batto». Debería hacerse una distinción entre el koryu batto y diversas artes de desenvainar modernas que usan estos términos en sus nombres. Toyama Ryu Battodo, por ejemplo, es un sistema moderno de desenvainar la espada y hacer cortes de prueba. Mientras que es bastante efectiva para lo que fue diseñada, esto es, desenvainar la espada y hacer cortes de prueba, tiene poca o ninguna aplicación en el campo de batalla.
9.- La palabra iai tiene la connotación de «estar presente; en el lugar». Iainuki se traduce generalmente como «extracción rapida de la espada», pero literalmente podría ser visto como «desenvainar en su lugar».
10.- Batto, «desenvainar la espada». El primer carácter, «batsu», también se lee «nuku», «desenvainar». Iaijutsu y batto a menudo se usan de manera intercambiable.
11.- Es un error pensar en el bokuto (o bokken) como un arma meramente de «entrenamiento». Fue usado a menudo en combate real, y era considerado un arma formidable en si misma.
12.- Más a menudo que lo contrario, el iaido se practica con un iaito, una «espada» de filo romo diseñada específicamente para la práctica del iaido. Tal hoja obvia la necesidad de precisión controlada al cortar.
13.- Hay una sutil diferencia entre entrenamiento y práctica: entrenamiento tiene el matiz de aprender a o sobre ejecutar una acción de habilidad. Mientras práctica implica el refinamiento a través de la repetición de algo ya aprendido.
14.- Uso «enemigo» en lugar de «oponente» siguiendo la costumbre de muchas koryu, que de modo similar usan la palabra teki (enemigo) frente a aite (oponente). Creo que esto es una importante e ilustradora distinción entre el koryu bujutsu y el budo moderno.
15.- Un error común es asumir que si un «estilo» de Iaido tiene un nombre de ryu o un linaje de ryu, entonces es una koryu. El iaido es gendai budo (budo moderno) sin importar cuál sea su ascendencia.
16.- La Owari Kan Ryu practica ocasionalmente sus kata de lanza con armadura, mientras que tanto la Yagyu Shingan Ryu como la Shinkage Ryu entrenan en variedad de técnicas de armas con armadura.
17.- Aunque tachi es un tipo específico de espada japonesa, aquí, y comúnmente, la palabra se usa para referirse a las espadas en general.
18.- El wakizashi es esencialmente una espada corta; el yoroidoshi es un arma punzante similar a una daga para usar contra armaduras; y el hachiwari, en varias formas, se usaba típicamente como «parte cascos».
19.- Algunas tradiciones llaman a esta disposición alerta zanshin.

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