por Marcos A. Sala Ivars
El viernes 17 de abril se iniciaba un nuevo e interesante curso donde poder entrenar jo-do con nuestros compañeros, amparados todos por las enseñanzas de Vicente. De modo que hacia allí partimos con la mayor de las ilusiones y sólo un pequeño temor de índole meteorológica.
Lo primero fue tomar posesión de las habitaciones, lo cual me da pie para agradecer la gran calidad de las instalaciones, así como el servicio de comidas, del cual, al menos yo di buena cuenta en lo que se refiere a barra libre de bebidas y postres.
Estábamos allí reunidos unos 15 jodokas, entre los cuales hay que hacer especial mención a nuestros dos compañeros, practicantes de la escuela Shindo Yoshin Ryu, que vinieron desde Ronda (Málaga) a interesarse por nuestras actividades sobre Shinto Muso Ryu Jodo-Kenjutsu. También estaba allí Paco, otro compañero que se quiso unir a esta sana costumbre de los seminarios, poniendo especial interés en iniciar este camino del jo. Fernando que vino desde Valencia, y sobre todo a nuestra nota internacional del curso, Gianluigi, que se acerco desde nada menos que Suiza, y que espero que disfrutara de nuestra compañía tanto o más de lo que disfrutamos nosotros de la suya.
El viernes por la tarde dio comienzo el primer keiko, en el cual, tras calentar un poco con algunos suburi y perfeccionar los kihon básicos pudimos soltarnos al mundo de los kata. La climatología no quiso permitir que entrenáramos en el exterior, por lo que hubo que suprimir los kiai, algo que a algunos les costó adaptar (léase en tono jocoso).
Y así comenzamos un interesantísimo trabajo sobre los kata según la versión de Kyushu, un estudio arduo e instructivo que nos llevó hasta el fin de la sesión.
El sábado tras dar buena cuenta de la barra libre de desayuno, nos dispusimos a entrenar en el exterior, iluminados por un halo de luz que se desprendía de un claro en cielo, como un cuadro de Beruete. Tras el trabajo básico continuamos el estudio de los kata según Kyushu. En alguna ocasión, muchos de nosotros éramos llamados ayudar a nuestros compañeros, que estaban aprendiendo los kihon y kata básicos, algo que lejos de resultar cansado o aburrido era muy enriquecedor y además ayudaba a mejorar nuestro propio jo-do, a la par que comprobábamos la difícil tarea de ser instructor.
La sesión de la tarde estuvo marcada para cada uno de manera diferente. Era la hora de sacar todo nuestro ingenio y aprovechar para exprimir todos los conocimientos aportados por Vicente en función de aprender nuevos kata o en el caso de algunos afortunados (entre los que me incluyo), entrar en las series que dividen la escuela: Omote, Chudan, Ran-Ai… Esta parte del keiko la hicimos no sólo en el exterior, sino como buenos espartanos, en medio de la montaña, en una ligera pendiente arbolada, hasta que la lluvia, una vez más, nos recluyó a interiores, donde finalizó el entrenamiento del día.
Aunque el viernes, algunos ¡gamberros! estuvimos de charla hasta las tantas, hoy era el día oficial de juntarnos todos ante el fueg… digo, el portátil de Vicente para ver unos videos de jodo. Poco a poco la gente fue cayendo dormida hasta que quedamos «los de siempre» para ver vídeos ya de toda índole friki.
El domingo amaneció fantástico y tras desayunar opíparamente salimos corriendo a entrenar. Lo primero fue continuar el entrenamiento «yamabushi» que habíamos emprendido la tarde anterior.
A media mañana pasamos a la zona llana de entrenamiento, donde nos dispusimos a comenzar el entrenamiento de kenjutsu. Con anterioridad a esto habría que mentar al chambara de Vicente, al que podríamos apodar «Jerjes» puesto que se cargó a todos los espartanos allí presentes.
Como todos los anteriores, el keiko de kenjutsu destacó por su calidad, y por la divertida forma de aprender a la que nos tiene acostumbrados nuestro profesor. Y con esto se dio por concluido el Gassukku de Primavera 2009. Creo hablar por todos cuando digo que ha sido un seminario inmejorable, pues hemos estado bien atendidos, todos hemos aprendido algo, y lo más importante, nos lo hemos pasado bien y con buen rollo. ¡Espero repetir!