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Soke: Encarnación histórica del título y sus privilegios

Escrito por William M. Bodiford.

Traducido por Francisco Casas

 

 

¿Que o quien es un Soke? Si se puede creer lo que se encuentra en Internet, en el mundo angloparlante la palabra japonesa Soke se ha convertido en un titulo para individuos que declaran ser ‘grandes maestros’ o ‘fundadores’ de sistemas de artes marciales (1). Sorprendentemente, sin embargo, el término no esta incluido en diccionarios de artes marciales dirigidos al publico general, ni en los mas documentados libros acerca de la cultura marcial japonesa (2). Aparentemente este mismo oscurantismo proporciona una ventaja comercial en un mercado competitivo repleto de instructores que se auto promocionan no solo como cinturones negro de alto rango, sino como maestros o incluso grandes maestros. Este uso en la lengua inglesa de mantiene en un crudo contraste con las connotaciones de la palabra Soke en Japón, donde, si es siquiera usada, implica fuertemente una lealtad a escuelas ya existentes, deferencia a una autoridad ancestral, y una conservadora adherencia a las formas tradicionales. A pesar de lo que muchos parecen creer en occidente, como término en japones la palabra Soke nunca ha significado ‘fundador’, ni tan siquiera ‘gran maestro’.

La confusión que rodea la palabra Soke, sin embargo, no esta limitada a la gente que carece de conocimiento del idioma japonés; también existe en Japón. Estos malos entendidos surgen debido a que en el Japón pre-moderno y moderno el termino tiene diferentes (aunque relacionados) significados y connotaciones dependiendo de los diversos contextos en los que aparece. Podemos distinguir varios patrones distintos de uso asociados con el termino Soke a lo largo de la historia japonesa (3). Por este motivo, cuando se describe el termino en inglés (o, mejor dicho, cuando se debate sobre su significado) es útil en primera instancia documentar las muchas formas en las que el término ha sido utilizado históricamente. Así es mejor evaluar las formas en las que este término se ha conceptualizado por los escritores modernos y aplicado (correcta o incorrectamente) en situaciones contemporáneas.

EL término Soke tiene sus raíces como un término chino (mandarín zongjia) con fuertes connotaciones religiosas y familiares. Etimologicamente está escrita con caracteres que indican una familia que realiza ritos a los ancestros. En los textos chinos designa bien a los miembros de una misma familia perteneciente al mismo clan, o bien al linaje principal dentro de un clan, el líder del cual tenia la responsabilidad de mantener el templo ancestral en nombre de toda la organización del clan. En los textos japoneses, asimismo, Soke siempre traía implícito una relación familiar llena de deberes filiales. El uso japonés de esta palabra no se limitaba a contextos consanguineos, sin embargo, teniendo en cuenta que muchos tipos de relaciones sociales se organizaban alrededor de modelos seudo-familiares. Sociedades religiosas, empresas comerciales, y organizaciones de enseñanza empleaban un vocabulario relacionado con la familia y realizaban ritos de etiqueta familiar. En estos contextos, el término Soke a menudo implicaba exclusividad y privilegio comercial, con un énfasis menor en los deberes religiosos formales.

Durante la mayor parte de la historia japonesa antigua los privilegios de la civilización, poder, riqueza, estaban controlados exclusivamente por la corte, la aristocracia, y el clero budista, los cuales se reforzaban unos a otros debido a su dependencia mutua. Mientras el clero budista desarrollaba su exotérica-esotérica forma de tantra (ken-mitsu), dieron lugar a una «cultura de transmision secreta» compartida (Stone, 97-152). En otras palabras, sistemas pedagógicos budistas en los cuales los rituales tántricos eran enseñados mediante iniciación oral (kuden) disponibles tan solo para miembros de exclusivos linajes maestro-discípulo, los cuales se convirtieron en el método de enseñanza normativo para la élite (Nishiyama 1982b, 146-147). Dentro de esta cultura, las artes de la civilización mas preciadas por los nobles adinerados se convirtieron en propiedad exclusiva de ciertas familias. Por ejemplo, las ramas Nijo y Reizei de la familia aristocrática Fujiwara enseñaba y mantenía cada una el control sobre sistemas de iniciación mutuamente exclusivos a los misterios de la poética japonesa (waka). Mas abajo en la escala económica, familias de mercaderes designadas ejercían un control comercial exclusivo sobre la producción y distribución de ciertos tipos de bienes manufacturados utilizados por la aristocracia, tales como cerámicas extravagantes (por ejemplo, vajillas raku, Nishiyama 1982b, 51). Estas familias mantenían su monopolio hereditario a través de la protección y el patronazgo de los nobles locales o de la corte.

Estas familias funcionaban de una manera muy similar a entidades corporativas en las cuales los grupos afiliados funcionaban al unísono. De entre los miembros de estos grupos afiliados solamente un sucesor individual -normalmente el primogénito- del líder familiar recibía una iniciación completa dentro de las artes familiares. Incluso si no había una prole masculina, la necesidad económica obligaba a que la linea familiar principal siempre continuara debido a que la autoridad hereditaria recaía únicamente dentro de esa familia. Cuando fura requerido, sin embargo, otro varón de uno de los grupos afiliados seria adoptado y designado como heredero para ser el sucesor del cabeza de familia. El heredero, fuera relacionado consanguineamente o adoptado, era responsable de mantener la unidad de las familias asociadas, el monopolio comercial y las buenas relaciones con los patrones. Sobre todo, era responsable de preservar los textos secretos, herramientas especiales, y el conocimiento de las iniciaciones orales que constituían el conjunto de conocimientos exclusivo de su familia. El poseedor legítimo de tales conocimientos exclusivos, tanto de la familia principal como de la entidad multi-generacional, y además, cabeza de familia actual, fue llamado Soke. El uso de este termino estaba extremadamente limitado, sin embargo, hasta después del establecimiento de la paz Tokugawa en 1603, que proporcionó las condiciones para el desarrollo de nuevos, más elaborados sistemas de privilegios familiares en todo japón.

Durante el periodo Tokugawa (1603-1868) de la historia japonesa, especialmente durante el siglo XVIII, muchos tipos nuevos de actividades artísticas y culturales estuvieron bajo el dominio de familias que ejercitaban una autoridad propietaria sobre el uso de estas artes por parte de otros. Estos nuevos linajes familiares, que esencialmente actuaban como gremios comerciales, se referían a si mismas como Soke. El mayor experto sobre este tema es un estudioso japones llamado Nishiyama Matsunosuke, en los comienzos de su carrera, Nishiyama escribió dos estudios seminales sobre las familias Soke y la forma en la que ejercían su autoridad durante este periodo de la historia japonesa: Iemoto monogatari (Iemoto Stories, 1956, reimpreso como Nishiyama 1982a) e Iemoto no Kenkyu (Researches in the Iemoto System, 1960, reimpreso como Nishiyama 1982b) (4). Aunque Nishiyama decidió usar el termino Iemoto, en los textos del periodo Tokugawa que estudió las palabras Iemoto y Soke se usaban de manera intercambiable, sin hacer una distinción en su significado (Nishiyama 1982b, 15). Ambas palabras fueron usadas para referirse al linaje principal que aseguraba la autoridad propietaria sobre un gremio comercial o para referirse a la persona que había obtenido una iniciación completa como el actual cabeza del linaje legítimo.

Nishiyama cita varios factores que contribuyeron a la formación de los linajes familiares (p. ej. Soke) como gremios comerciales. El régimen Tokugawa emplazaba la autoridad gubernamental en manos de un escalón superior de familias guerreras que mantenían su posición de poder a través de privilegios hereditarios e intentos de imponer unos rígidos códigos de distinciones sociales. Estas nuevas élites guerreras prestamente aceptaron afirmaciones similares de autoridad filial sobre la codificación y la enseñanza de actividades artísticas (Nishiyama 1982b, 91-92). Es más, los gobernantes guerreros fueron patrones de muchas nuevas artes aplicadas y formas de entretenimiento que se habían desarrollado independientemente de, y por lo tanto, fuera del control de las antiguas familias aristocráticas. Fueron los profesores de estos nuevos entretenimientos -artes como la ceremonia del te (chanoyu), arreglo de las flores (ikebana), ajedrez (shogi), teatro Noh, verso (haikai), formas especiales de música y baile, etcétera- quienes más rápidamente afirmaron el control familiar sobre sus enseñanzas y su uso por otros (Nishiyama 1982b, 135-140). Finalmente, el largo periodo de paz trajo consigo a muchos antiguos guerreros desempleados (ronin) que podían buscar empleo como instructores noveles en estos gremios; al mismo tiempo, el fin del incesante estado de guerra promovió una estabilidad económica que permitió a terratenientes y gente de campo amasar la riqueza suficiente que podían invertir como pupilos de dichas artes.

La existencia de una red de instructores noveles (natori) que enseñaban en nombre del Soke era un rasgo crucial que diferenciaba a las familias Soke del periodo Tokugawa de sus contrapartidas previas (Nishiyama 1982b, 106). Durante el periodo Tokugawa, la instrucción en una técnica especial asociada con una actividad artística particular era comercializada a través de una red de instructores asociados que pagaban derechos de autor y honorarios al Soke y que se organizaban dentro de una estructura piramidal con el Soke en lo mas alto. El Soke se aseguraba una autoridad absoluta sobre los instructores asociados y una autoridad indirecta sobre sus estudiantes controlando que, como, y cuando un sujeto podía recibir enseñanza, y restringiendo el acceso a los conocimientos mas avanzados, a los cuales solo tenia acceso el Soke. Nishiyama denomino a las estructuras sociales vinculadas con este tipo de control familiar exclusivo y redes de instructores asociados el sistema Iemoto (Iemoto seido). Lo vio como un rasgo único del feudalismo japones que ejercía una fuerte influencia sobre el desarrollo de muchos artes tradicionales japoneses incluso hasta en tiempos modernos (Nishiyama 1982b, 20-21).

Estos linajes artísticos del periodo Tokugawa pueden compararse a gremios comerciales debido a que obtenían dinero de cada una de las personas que participaban en un arte o artesanía de una escuela en particular en todo el país. Nishiyama (1982b, 16) sumariza con esmero los derechos comerciales (kenri) de estos gremios familiares como sigue:

1. Derechos respectivos a técnicas (waza) de un arte, tales como el derecho a mantenerlo en secreto, el derecho a controlar como y cuando se realiza, y derechos sobre el repertorio de su curriculum y su coreografía (kata).

2. Derechos sobre los instructores (kyoju), sobre rituales de iniciación y documentos (soden), y sobre la concesión de diplomas y licencias (menkyo).

3. El derecho a castigar (chobatsu) y expulsar (hamon) a los estudiantes.

4. EL derecho a controlar el uso de indumentaria, seudónimos artísticos, etc.

5. El derecho a controlar instalaciones y equipo especial o herramientas usadas en el arte.

6. Derechos exclusivos a la ganancia monetaria y al estatus social resultante de los cinco puntos anteriores.

Para casi todas las artes y entretenimientos patronizados por la élite gobernante, existían tan solo un limitado número de estos gremios familiares, cada uno de los cuales imponían los derechos antes mencionados sobre cualquiera que practicara dicha arte en todo el reino (5). Nadie podía legalmente interpretar una obra, canción o composición musical, o practicar cualquier otro arte en público sin unirse a la escuela del Soke o pagando honorarios para un permiso temporal (ichinichi soden). La imposición de estos derechos exclusivos permitió a las familias Soke controlar a un gran número de la población de estudiantes en cualquier capa de la sociedad. Nishiyama argumenta que a partir de la mitad del siglo XVIII estos gremios proporcionaban un medio regulado por el gobierno para la distribución del conocimiento dentro del cual personas pertenecientes a distintas clases sociales (samurais de varios rangos, campesinos, mercaderes, clérigos, granjeros adinerados, guerreros rurales, etc.) podían interactuar entre si en una casi igualdad de condiciones (Nishiyama 1982b, 531; 1997, 204-208).

La investigación de Nishiyama demostró que este control casi monopolista sobre la enseñanza de artes pacíficas ejercido por los Soke del periodo Tokugawa previno de manera efectiva la proliferación de escuelas rivales. En resumen, donde existían los Soke, no habían nuevas escuelas. La misma creación de nuevas escuelas repudiaba cualquier noción de autoridad del Soke (Nishiyama 1982b, 135-137). Visto bajo esta luz, es evidente que la palabra Soke en los documentos japoneses pre-modernos nunca pudo ser traducida al inglés como ‘fundador’. La noción de ‘fundador’ es incluso aun menos apropiada en el Japón moderno.

Después de 1868, cuando Japón se organizó como un estado moderno, el gobierno formalmente reconoció los derechos legales de las familias Soke (también denominadas Iemoto) para el control de los derechos de autor de todas las creaciones musicales, obras de teatro, libros de texto, y obras artísticas producidas por los miembros del gremio (Nishiyama 1982b, 16). De esta manera, los términos de Soke e Iemoto adquirieron definiciones legales como designaciones de los representantes modernos de un limitado número de familias que podían proporcionar una documentación histórica sobre el control que habían ejercido sobre este tipo de gremios comerciales durante el periodo Tokugawa. Para mantener su ‘copyright’, los lideres de estas familias debían registrase ante el gobierno como entidades legales. Al mismo tiempo que adquirieron los ‘copyrights’, perdieron su habilidad previa para restringir la enseñanza o practica de sus artes por personas ajenas al gremio. Se convirtieron en tan solo una escuela o grupo interpretativo entre muchos. Si bien podían restringir el uso no autorizado de su nombre y recursos históricos, no tenían poder legal para inhibir la competencia. A día de hoy, mientras no haya una infracción de los derechos de autor, cualquiera puede escribir nuevos manuales sobre la ceremonia del te o cualquier arte tradicional. Cualquiera es libre de idear nuevos métodos para su practica.

El uso del término Soke (o Iemoto) en un contexto marcial es aún más complejo. Antes de 1868, las familias Soke que estaban organizadas como los gremios comerciales descritos previamente nunca controlaron la instrucción de artes marciales. Este es el motivo por el cual tantos linajes (ryuha) distintos de artes marciales existieron en el Japón pre-moderno. El contraste entre organizaciones didácticas dedicadas a artes pacíficos (tales como la ceremonia del te, arreglo de las flores, etcétera) y aquellas concernientes a las artes marciales no puede ser mas crudo. La instrucción en cualquiera de las artes pacíficas estaba disponible solo a partir de un pequeño número de linajes familiares, cada uno de los cuales se organizaba como gremio comercial con una red de instructores asociados disponibles a través de todo el país. Por otro lado, existían cientos de linajes distintos de artes marciales, la vasta mayoría de los cuales estaban confinados a una única localización (6). Mientras muchos linajes de artes marciales eran hereditarios, muchos otros no lo eran.

Nishiyama (1982b, 273-278) identifica diversas razones por las cuales los linajes de artes marciales nunca se desarrollaron hacia el sistema Iemoto (Soke). Previamente al establecimiento de la paz Tokugawa, la rápida adquisición de poderío militar constiuía el sine qua non de cualquier sistema de instrucción marcial. Un instructor que se reservara la enseñanza de las técnicas mas avanzadas como secreto familiar, como era la norma entre los Soke que enseñaban artes pacificas, no podría haber atraído estudiantes. Por este motivo, durante el siglo XVI, los estudiantes de las artes militares adquirían una iniciación completa bastante rápido, después de lo cual eran libres de enseñar todo lo que hubieran aprendido a sus propios estudiantes. Si alguien entregaba diplomas, lo hacía bajo su propia autoridad, sin tener que pagar honorarios a cualquier otra organización mayor. Después de que el régimen Tokugawa estableciera la paz, las escuelas de instrucción marcial, tanto antiguas como nuevas, se volvieron mas estructuradas, mas secretistas, y desarrollaron curriculums mas complejos y que requerían de mas tiempo para ser aprendidos. Los estudiantes que recibían diplomas no necesariamente adquirían el derecho independiente de entregar diplomas ellos mismos (7). Las autoridades gobernantes también previnieron activamente a cualquier grupo o escuela marcial el desarrollar lazos organizativos entre las fronteras de los distintos dominios (8). Es mas, los gobernantes de cada dominio individual prefirieron dar su patronazgo solo a sus propios sistemas de artes marciales locales, para poder mantenerlos bajo su control. Finalmente, en una era de paz se volvió prácticamente imposible para cualquier linaje de artes marciales o grupo de linajes el demostrar de manera decisiva su superioridad sobre la de sus rivales. Algunos maestros innovadores pudieron (y así lo hicieron) inventar nuevos métodos de entrenamiento marcial y establecer nuevas escuelas sin tener que arriesgar sus vidas para demostrar su eficacia en el combate.

Osano Jun (187-192) argumenta que el primer arte marcial en Japón en adoptar un verdadero sistema Soke fue la escuela Kodokan de judo. Osano podría tener razón. La escuela Kodokan puso unos estándares no solo para los miembros de un lugar de entrenamiento en una localización, sino para todo los participantes de judo de la nación. La escuela definía el arte; controlaba la licenciatura y la instrucción; y estableció escuelas asociadas con instructores que mantenían una afiliación permanente con el cuartel general. Si el Kodokan no reconocía algo como ‘judo’, entonces no era judo. Por lo tanto, no existe algo como un nuevo estilo de judo. Todos estos elementos constituyen las características esenciales de una organización Soke tradicional del periodo Tokugawa en Japón En la práctica, sin embargo, nadie se refiera al Kodokan, o a su líder actual, como el Soke de judo (9). El término parece fuera de lugar con el énfasis del judo en la modernidad. Habiendo analizado el término Soke de esta manera, Osano también critica el uso actual de la etiqueta Soke por algunos maestros Japoneses que representan linajes tradicionales de artes marciales (koryu). Osano asevera que tal uso no solo es incorrecto sino que también revela ignorancia de la cultura tradicional japonesa.

La estricta interpretación histórica de Osano quizás sea demasiado estricta. Pasa por alto los cambios legales y sociales en el estatus de los Soke que ocurrieron después de 1868. Después de que Japón empezara a modernizarse, los críticos sociales denunciaron a las organizaciones Soke como un desagradable legado del sistema feudal basado en el privilegio hereditario, que frenaba la innovación y restringía el conocimiento para el beneficio comercial de los inmerecedores cabezas de familia que ya no poseían las habilidades de sus ancestros (Nishiyama 1982c, 263-273). Las organizaciones Soke vieron marchitarse sus redes de instructores asociados con el declive del interés en los artes tradicionales y al marcharse antiguos estudiantes para formar escuelas rivales (10). Pronto muchos Soke tradicionales desaparecieron, especialmente en artes basadas en la competición directa entre participantes como el ajedrez japonés (shogi) y en menos conocidas formas de danza y canto. Al tiempo que más y más de estos legados culturales intangibles desaparecían, los japoneses modernos gradualmente desarrollaron una nueva apreciación por las familias Soke que habían logrado preservar sus propias tradiciones familiares y enseñarlas a las nuevas generaciones. Sin la determinación y persistencia de los herederos de estas familias, el conocimiento directo de muchas artes tradicionales japonesas se habría perdido.

A día de hoy se podría argumentar que las diferencias históricas entre los herederos de los linajes familiares del periodo Tokugawa que operaban como gremios comerciales (con el sistema natori) y los herederos de linajes didácticos locales como los asociados con las tradiciones marciales son menos significativos que sus similitudes modernas. En ambos casos los sucesores actuales se mantienen como las únicas fuentes legítimas de formas tradicionales de instrucción en los artes de tal linaje. En ambos casos los sucesores actuales han asumido la responsabilidad de preservar textos históricos, herramientas especiales, técnicas únicas, y conocimientos específicos que han sido transmitidos de generación en generación dentro de su propio linaje. En ambos casos el sucesor actual distingue sus enseñanzas tradicionales de las de recientemente fundadas tradiciones rivales señalando como sus enseñanzas se mantienen fieles a los objetivos y formas enseñadas por las generaciones anteriores. Basándose en estas similitudes, muchos escritores modernos usan los términos Iemoto o Soke como designaciones para el heredero legítimo de un linaje principal establecido. Usado en referencia a los representantes actuales de linajes tradicionales de artes marciales, por lo tanto, la etiqueta Soke denota apropiadamente su papel como sucesores y preservadores de un particular legado histórico y cultural. No debería ser interpretado como una identificación con una red comercial (como criticaba Osano) ni como el equivalente a un ‘Gran maestro’ o ‘fundador’ (como erróneamente asumen observadores casuales), y puede ser traducido de una manera mas correcta como ‘cabeza’ o ‘director de escuela’.

Consideremos, por ejemplo, el caso de Kashima-Shinryu (Friday, Legacies of the sword). En sus artículos y publicaciones, Seki Humitake, el actual cabeza de, y sucesor de decimonovena generación del linaje de Kashima-Shinryu, utiliza la etiqueta Soke como una designación para la familia Kunii. Usa este termino como una manera de honrar el papel que la familia Kunii jugó para preservar las tradiciones de Kashima-Shinryu. Volviendo a los tiempos del maestro de Seki, Kunii Zen’ya (1894-1966), las formas de conocimiento marcial de Kashima-Shinryu habían sido pasadas de manera consanguinea en la familia Kunii de padre a hijo de una generación a la siguiente. El uso moderno de la etiqueta Soke por Seki simplemente reconocía este legado (11). En los escritos de Kunii Zen’ya y en los pergaminos tradicionales preservados dentro de la familia Kunii, no se encuentra el termino Soke. Kunii Zen’ya nunca se refirió a si mismo o a su familia como Soke de Kashima-Shinryu. Simplemente firmaba con su nombre. Durante la escritura de copias de los antiguos manuscritos de su familia (que entregaría como diplomas), sin embargo, normalmente añadía las palabras ‘Kunii-ke soden’ previamente al titulo de cada pergamino. Por ejemplo, si copiaba un pergamino antiguo titulado ‘Kenjutsu mokuroku’ le daba el titulo ‘Kunii-ke soden kenjutsu mokuroku’. En este ejemplo, el titulo original simplemente significa ‘curriculum de esgrima’ mientras que la versión larga significaría ‘curriculum de esgrima transmitido dentro de la familia Kunii’. Usado en el sentido de ‘transmitido dentro de la familia’, el termino Soke parece perfectamente razonable. Meramente implica que el conocimientos asociado con este curriculum era enseñado exclusivamente dentro de el linaje de la familia Kunii.

En conclusión, es difícil justificar el uso de terminología oscura japonesa para describir practicas sociales americanas para las cuales ya existen términos en inglés perfectamente aceptables. Uno debe esforzarse para imaginar como cualquier no-japones puede llamarse a si mismo ‘Soke’ en inglés sin que sea una broma. Al mismo tiempo también es difícil considerar este término con cualquier reverencia especial o por preocuparse demasiado por su mal uso entre auto proclamados ‘grandes maestros’ o ‘fundadores’. Durante el periodo Tokugawa el termino Soke designaba un sistema comercial de privilegios hereditarios que se aprovechaban de la ignorancia de la gente ordinaria para su beneficio económico. Quizás los maestros de artes marciales comerciales en américa que adoptan el termino Soke para si mismos sean mas exactos históricamente en su uso de lo que ellos mismo se dan cuenta.

Notas

(1)
Ejemplos aleatorios de organizaciones con sitios web en Internet (con fecha Marzo del 2002) que promueven el uso del termino Soke como un titulo ensalzado de artes marciales son los siguientes: (1) el World Head of Family Sokeship Council (http://www.bushido.org/~whfsc/whfsc.html), que presume ser «El mas prestigioso y elitista concilio de grandes maestros del mundo»; (2) el World Sokeship Council (rebautizado como Headfounders/Headfamilies Council en 1989; http://www.geocities.com/Tokyo/6471/), que asevera que «fue establecido para crear una autenttica [sic] ‘élite’ y una prestigiosa comunidad para el muy pequeño grupo de artistas marciales que habían alcanzado el derecho de ser llamados ‘grandes maestros’ por sus pares»; (3) Juko-Kai International (http://www.jukokai.com), que bajo el enlace titulado «Rincón del Soke» describe su propio «Zen Kokusai Soke Budo/Bugei Renmei» (alias Zen Kokusai Soke Remmei [sic]) como la primera comunidad de Soke reconocida en occidente (fundada en 1970) e identifica a un Soke como alguien que funda su propio arte marcial «ryu». Agradezco a Jim Kass por informarme de estos sitios web.

(2)
No pude encontrar el termino Soke en el diccionario popular de Kim, en el opus pionero de tres volúmenes de Draeger, ni en la historia académica de Hurst. En el diccionario de Frederic aparecía erróneamente como Sokei y no es definido pero es equivocadamente referenciado de manera cruzada con el termino shodai, que a su vez es definido como el título de el fundador de un arte marcial «ryu» (p.ej. ryuha o linaje).

(3)
Adicionalmente a su significado histórico, este término adquiere implicaciones adicionales cuando es utilizado por escritores contemporáneos o críticos culturales como un concepto analítico usado para explicar ciertos rasgos de los contextos históricos y sociales en los cuales el termino Soke aparece. (Para una explicación de la diferencia entre conceptos y términos, ver Hall 1983.)

(4)
Para un breve sumario en ingles de su investigación, ver la introducción del traductor, paginas 4-5, de Nishiyama 1997.

(5)
Nishiyama (1982b, 14, 19-20) cita el Shoryu Iemoto Kagami (Directorio de escuelas Iemoto) un texto impreso en algún momento a principios del siglo XIX, para proveer una indicación del número y tipo de escuelas artísticas (ryuha; p.ej. gremios comerciales) que existían en Japón. De acuerdo a este texto el ratio entre artes y numero de escuelas era como ábaco = 7 escuelas; arreglo de las flores (ikebana) = 2 escuelas; ceremonia del te = 1 escuela (el Senke) con 14 sub-divisiones; incienso = 2 escuelas; Noh = 6 escuelas; poesía (waka) = 2 escuelas; verso enlazado (renga) 3 escuelas; verso mínimo (haikai) = 6 escuelas; damas (go) = 4 escuelas; ajedrez (shogi) = 4 escuelas; órgano de boca (sho) = 4 escuelas; flauta horizontal (fue) = 3 escuelas; laúd (biwa) = 4 escuelas; zítara (koto) = 1 escuela; etcétera…

(6)
Nishiyama (1982b, 279) cita la investigación de Imamuro Yoshio (publicada en 1967), que muestra que durante el siglo XIX mas del 71% de las escuelas de artes marciales listadas en los registros de un dominio eran enseñadas exclusivamente en un único lugar.

(7)
Durante el periodo Tokugawa instructores de todo tipo, fueran afiliados con el sistema Iemoto (p.ej. un gremio comercial), un linaje marcial, o una institución religiosa, cobraban tasas por los diplomas que entregaban. Para proteger sus intereses, restringían severamente los derechos de los estudiantes para revelar lo que habían aprendido a extraños sin la autorización apropiada. En linajes marciales, los nuevos estudiantes solían firmar juramentos de secretismo y los estudiantes avanzados se comprometían a que en caso de fallecimiento todos los textos, pergaminos y diplomas que hubieran recibido se devolverían al hogar de su instructor. No hay evidencia, sin embargo, de que este tipo de restricciones fueran cumplidas por estudiantes militares anteriormente al periodo Tokugawa.

(8)
Friday (18) y Hurst (178-179) también señalan como las políticas del gobierno prevenían a los sistemas marciales el desarrollarse como sistemas Iemoto.

(9)
Nishiyama (1982c, 291-292) también expone el Kodokan como una institución social que racionaliza y moderniza muchos rasgos del sistema Iemoto pre-moderno.

(10)
Las escuelas tradicionales Soke de ceremonia del te y arreglo de las flores constituyen las principales excepciones a esta tendencia. Han florecido al re-definirse como instituciones que promueven la apreciación por la cultura japonesa tradicional, y especialmente, por la enseñanza de valores tradicionales y etiqueta a mujeres jóvenes.

(11)
Friday (32, 49-50) también usa la etiqueta Soke como una designación para la familia Kunii, pero basado en el análisis de Soke como un linaje caracterizado por la «propiedad sobre un grupo de enseñanzas que residen exclusivamente en manos de un individuo cada generación». El uso del termino por parte de Friday enfatiza la similaridad conceptual entre todos los tipos de linajes didácticos antes, durante, y después del periodo Tokugawa. Desde su punto de vista, el desarrollo de los sistemas Iemoto (p. ej. las redes de instructores asociados) por parte de linajes que enseñaban artes pacíficas meramente suponía una comercialización extrema a través de fronteras de los mismos derechos de propiedad ejercitados a nivel local por linajes marciales.

Referencias

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Hall, J.W. 1983. Terms and Concepts in Japanese History: An Inquiry into the Problems of Translation. Journal of Japanese Studies 9, no. 1: 1-32.

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